esta grave epidemia de la errata.
La que no nos malhiere es que nos mata
y a veces lo que vemos no creemos.
Tontos del culo todos parecemos
ante el culto lector que nos maldice:
"Este escritor no sabe lo que dice",
y nos trata de bilis o de memos.
Los reyes del Rubén se hicieron rayos.
Subrayé, mas no vino la cursiva.
Donde pido mejores van mujeres.
Padecemos, leyéndonos, desmayos.
El alma queda muerta, más que viva
pues de errata te matan o te mueres.
Con solo cinco erratas y un desliz
en mi soneto, sería yo feliz.
Alfonso Sastre