En caso de fuego, llamar a los bomberos.
En caso de accidente, a la policía o al número de emergencias.
En caso de estar triste, triste, triste, ponerte un vestido bonito e intentar sonreír.
Y sobre todo...borrar de tu memoria el por qué o el por quién estás así. Nunca, me lees bien, NUNCA merece la pena preocuparse o enfadarse más.
Si como yo, eres incapaz de evitarlo, al menos rodeate de buenas personas que te animen el día. Y come un buen helado de vainilla o un bollito de chocolate... Verás como con la tripa llena, las cosas se ven....diferentes. Eso me recuerda, que iré a comprar chuches la próxima vez que estemos en Auchan. Es una pena, porque he perdido peso/volumen -más volumen que peso- (creo, vamos...por la ropa que me sobra por todos lados! y por el misterioso hecho de que aquí entro en una 42 y sin tener que dejar de respirar!!! -wwwiiiiiii).
En mi caso, cuando estoy triste o enfadada, también me sirve escribir, leer o cocinar. Como la cocina no es mía y tengo los ojos cansados para leer... aquí os va mi entrada.
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